Por Ricardo Bustos
Como es costumbre, los primeros días de cada mes voy a las Cooperativas del pueblo para abonar las facturas de luz, agua, cable e internet. Hasta el vencimiento anterior iba con $1200 pesos y me alcanzaba para todos los servicios que ya resultaban muy caros teniendo en cuenta los salarios que se perciben en el interior del país.
Hoy temprano, sin negar que me asaltaba la duda después de haber leído los diarios por el nuevo cuadro de las tarifas, agaché la cabeza y como dice Mirta «allá vamos». Grande fué mi sorpresa al observar a varios vecinos que estaban haciendo cola antes que yo, como se retiraban de la oficina sin pagar el servicio por lo que pensé en que se trataba de una queja, pero me equivoqué.
La sorpresa fue develada al llegar al Cajero, a quien todos conocemos porque este es un lugar de vecinos que nos cruzamos todos los días en cada uno de los negocios a los que concurrimos.
Acá la factura no llega por correo así que todos sabemos que hasta no ver los números en la ventanilla no sabemos la cantidad de dinero que tenemos que desembolsar.
Todavía debo estar pálido porque hasta mis vecinos me preguntaron si me sentía bien de salud. El tema es que con los $ 1200 que el mes pasado pagaba todos los servicios, este mes me alcanzó para la factura de la luz porque de $ 480 pasé a pagar $1195 y con el mismo consumo de energía eléctrica, la que lamentablemente no podemos disminuir porque en esta parte del país, las temperaturas siempre superan los 30 grados y sin aire acondicionado, con enfermedades crónicas, es imposible subsistir.
Al comprobar mi boleta, me di cuenta que mis vecinos se retiraban del lugar sin poder abonar su factura porque no les alcanzaba el dinero que habían llevado, pero hay algo mas grave ya que muchos de ellos, imagino, no deben tener resto para poder cumplir en tiempo y forma porque ni en su casa deben tener dinero que les sobre.
Todos sabemos que el país estaba inundado de subsidios y toda la culpa no puede caer sobre un gobierno que apenas lleva un poco mas de cien días de gestión, pero los aumentos sin anestesia están haciendo mucho daño, como siempre, a quienes menos tenemos, porque en última instancia aquellos que tienen la suerte de contar con capital suficiente para pasar este momento, de algún lado pueden sacar para tapar estos agujeros negros que aparecen sin avisar.
No se de que manera la sociedad en su conjunto podrá digerir este problema, pero en lo personal puedo asegurar que me hace mucho daño porque a los servicios debo sumarle el alquiler de la vivienda, los medicamentos que superan y mucho el valor de los servicios, sin contar que de vez en cuando algo tenemos que comer y todos sabemos que hoy ingresar a un supermercado, por menos que uno compre no baja de $300 por día.
De esta manera, cada día seremos mas quienes ingresemos a la linea de pobreza absoluta y aunque resulte paradójico, al Estado le costaría mas caro aún porque debería volver a los subsidios para tratar de solucionar en parte el perjuicio que nos causa semejante atropello sin haber consultado las posibilidades que tienen las diferentes francas sociales para poder enfrentar esta situación.
Ojalá el gobierno actúe en consecuencia y aclare un poco este panorama oscuro porque de lo contrario nos vamos a encontrar nuevamente en las calles con gente muy enojada con quienes no se cumplió lo acordado.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556