Por Ricardo Bustos
Los seres humanos somos exageradamente contradictorios. Dormimos como autos en el garaje, despertamos mirando el reloj, nos levantamos y luego de desayunar, vamos a trabajar o estudiar.
Regresamos al garage que llamamos hogar o casa si es posible a la misma hora que ayer o hace 10 años, como autómatas mirando el reloj, nos sentamos a la mesa y almorzamos, siempre mirando el celular o el televisor, pocas veces dialogando con la familia.
Nuevamente volvemos al trabajo y vamos pensando cuántas horas faltan para volver a casa. Finalizamos la labor y emprendemos el regreso. Miramos el reloj para saber cuánto falta para la cena. Luego de cenar y como si fuera una rutina impuesta, nos vamos a la cama porque «tenemos que dormir para levantarnos temprano mañana».
Dejamos de vivir, para convertirnos en robots humanos que copiamos los modelos de una sociedad prisionera de las costumbres y vicios horarios que no se justifican para nada.
Ahora está de moda andar «A full»… ¿Para que?… ¿Por qué?. Nadie nos apura, ni siquiera la vida.
Nosotros inventamos obligaciones que nadie nos exige, más allá de lo que se impone como forma de vida toda vez que tenemos la suerte de contar con un trabajo. Ya no nos preocupa «crear» porque está todo hecho y nuestra mente no ejercita su inventiva.
Cada día será peor y lamentablemente, ese tiempo no está muy lejos. Nuestro tiempo, no es el de la vida misma, solo nosotros lo imponemos por costumbre y vivimos acostumbrados a todo y es una forma inevitable de ir directo hacia el fracaso.
Cuando se impone un resguardo para proteger la salud del contagio que tantas muertes está causando en el mundo, no soportamos quedarnos en el garage de nuestra vida…
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi, Misiones, Argentina
DNI 7788556
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