MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
Si los encargados de la estrategia electoral del Partido Revolucionario Moderno (PRM), vale decir de Luis Abinader, en tanto es el candidato; y además líder del proyecto opositor Convergencia por un mejor país, no se concentran en los dos temas neurálgicos para desnudar la engañifa continuista de Danilo Medina, lo más aconsejable es olvidar el tango…
El primero, son las sutiles pero perversas mentiras descubiertas en las disque “visitas sorpresa”; una de las tantas formas de engatusar a la gente ordinaria que ha puesto en práctica la claque infame del danilismo con la preconcebida intención de crear percepción de acercamiento con los diversos sectores productivos del país que aún está por verse.
En la mayoría de los casos, se ha evidenciado la triste y lamentable realidad: Las “dichosas” visitas sorpresa no son tales, sino la forma de tomar de instrumento a los honrados trabajadores del campo para justificar el asalto despiadado al presupuesto del Ministerio de Agricultura, ordenado por Danilo.
No obstante, el presidente Medina es tan cara dura que ahora se destapa con que se apresta a exponer en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre unos supuestos logros en el combate a la pobreza. En ese escenario, ante lo más granado del Poder universal este farsante impenitente se dará gusto regurgitando las mismas mentiras.
Pero bien, al asunto no hay porqué darle muchas vueltas. Las investigaciones realizadas “in situ” por el equipo del Ingeniero agrónomo Leonardo Faña, de credenciales profesionales harto conocidas e incuestionables, arrojan unos resultados que de tan patéticos provocan escalofrío.
Si los sabichosos del peledeísmo actual; bastardo, pérfido y recalcitrante, aunque se ofrezcan modernos, esnobistas y puros no le han cambiado el sentido a la expresión, cuando se quiere significar que algo es incuestionable porque se tiene la prueba mínima, desde tiempos inmemoriales la muestra es un botón.
Pero resulta que en el caso presente, ya no se trata de un botón, sino de una chava de cuatro ojales que pregonan a los cuatro vientos la iniquidad de un Poder indigno y medalaganario.
El segundo, es el uso y abuso de los dineros del 4% para la educación. La que fue una conquista de toda la sociedad dominicana unificada por un conjunto de voluntades, decidida como nunca a actuar contra el pretendido monopolio de la conceptuación de un engreído “conceptualizador”, ni corto ni perezoso, Danilo lo tomó para su alcancía reeleccionista, y nombró en el Ministerio un albacea cuya cola corrupta no llega al cielo porque Dios es grande y gordo. ¡Qué le parece!…