Por José Tejada Gómez
Estos tiempos, y los que faltan, el rumor y la especulación son armas del debate político. Gracias a las redes sociales corren a máxima velocidad.
Y quienes usan estos recursos tienen en estos medios vías para difundirlos sin el más mínimo control. Se han creado estructuras de propaganda política para fabricar rumores y ofrecer versiones con verdades y mentiras, que usan incluso los medios y las herramientas del periodismo.
Hoy más que nunca se requiere de medios periodísticos y periodistas responsables, primero que no se dejen atrapar por esa telaraña de propaganda política camuflada de noticias, medios y periodistas que edifiquen a la ciudadanía de los procesos que se viven, sin menoscabo al pluralismo que deben garantizar para cumplir plenamente con su papel como soporte de la libertad de expresión y la democracia.
Estos son días de convulsiones mediáticas. Grandes intereses se mueven en torno al destino político inmediato de la nación. Todos estamos llamados a jugar nuestro rol en el escenario que se nos presenta. El periodismo, hablo claro, el periodismo, está obligado a estar alerta para cumplir el suyo. Los medios deben ser guardianes de la verdad, no del rumores y meras especulaciones.
Lo planteado aquí es un asunto complejo, lo reconozco, pues se puede discutir entonces la hipótesis de en qué fase de un proceso informativo se va a determinar lo que es un rumor o especulación.
Sin embargo, el periodismo ejercido con responsabilidad tiene las herramientas para detectar cuándo hay un “trompo embollao” en algo que se pretende sea una noticia.
Pero creo que esta reflexión no sobra.