Por Ricardo Bustos
Muchas veces me he preguntado ¿que sucederá si de un día para otro desaparece el aporte sindical de nuestros haberes?
Como respuesta obtendré un contundente …NADA. Los trabajadores, en blanco o negro, siguen padeciendo hace años los mismos problemas y sin soluciones a los reclamos que los líderes sindicales dicen apoyar.
La última marcha de los gremios realizada en Plaza de Mayo, tuvo un costo aproximado de $ 200,000,000 (si, doscientos millones de pesos) y la Justicia (de oficio) todavía no tuvo la iniciativa de actuar para que el pueblo sepa de donde sacaron semejante cantidad de dinero los gremios que realizaron la convocatoria para «sacar de la pobreza a los trabajadores».
Los representantes gremiales Docentes y sus grupos de choque, se están cayendo a pedazos porque desde las bases están pidiendo que abandonen la protesta dejando a millones de niños sin clases. Los Docentes son quienes tienen que mirar a los ojos a los padres que están aguardando verles en las aulas frente a sus hijos y ha llegado el momento de blanquear algo que ya es un secreto a voces. En lo personal conozco a muchas maestras o profesores que tienen un buen pasar y desde el primer día de los paros no estaban de acuerdo con las medidas, con el agravante que en sus respectivos barrios, debían enfrentar a sus vecinos con argumentos que nadie cree y mucho menos acepta para justificar las medidas de fuerza de sus gremios.
Está comprobado que en los actos políticos callejeros, las cifras de asistencia son dibujadas y en el mejor de los casos tampoco son motivo de fuerza a la hora de intentar un cambio en las autoridades de turno. Como no hemos tenido un censo confiable en el año 2010 porque el INDEC estaba en manos del impresentable Guillermo Moreno y su patota (la misma que hoy está protestando porque se terminaron sus contratos) vamos a suponer que somos un poco mas de 40,000,000 de ciudadanos.
Si para la CGT, CTA y los grupos que aún no sabemos a quien responden, llevaron 400,000 personas a la plaza, la cuenta es sencilla ya que el paro será organizado por esa misma cantidad de gente (1% del total de habitantes) para que a nosotros, los ciudadanos que somos una inmensa mayoría en el país nos prohiban ejercer el derecho a trabajar libremente porque habrán de dejarnos sin transporte para movilizarnos a nuestros lugares de labores y si vamos un poco mas lejos, seguramente ocurrirá que cuando alguien intenta trabajar, alguna patota aparecerá de la nada para «solicitarnos gentilmente» que nos sumemos a la medida de fuerza.
Esa gente que participa de los actos son Delegados de diferentes gremios que, una vez «lubricada» su participación, al poco tiempo ocupan algún cargo importante en cada uno de los Sindicatos. No imagino a un Hugo Moyano, arriba de un camión recolector de basura o su hijo (Diputado Nacional de Massa) vendiendo tickets en una cabina de peaje y ¡¡¡…por favor…!!! mucho menos al grandote Roberto Baradel, al lado de los niños frente al aula.
La mayoría de los dirigentes sindicales, llevan mas de 20 años decidiendo el futuro de la clase trabajadora y nos quieren hacer creer que representan nuestros derechos cuando todos sabemos que lo primero que se soluciona cuando hay un conflicto, es la parte sindical y después con las migajas que quedan, las mejoras laborales.
El tiempo pasa y nada cambia con estas medidas que siempre terminan en lo mismo. Un 31 de marzo del año 2015, los mismos dirigentes hicieron un paro general a la ex casi reina y al otro día todo seguía y por si cabe alguna duda, siguió igual o peor.
Es una medida injusta que continuará perjudicando a quien menos tienen y mas necesitan el trabajo. Olvidan los irresponsables de este paro que en el país existen millones de trabajadores que cobran un jornal cuando lo trabajan, de lo contrario la mesa de su casa ese día quedará vacía de alimentos porque lo que ganan les alcanza apenas para estos.
Casos como los que trabajan a la intemperie, como si fuera poco deben luchar contra las inclemencias climáticas porque la lluvia también es un problema y como ejemplo están los obreros de la construcción que tienen tareas fuera de los edificios o construyendo rutas y puentes a lo largo y ancho del país, los obreros que trabajan en el monte con la madera y tantos otros oficios que existen y sería muy extenso enumerar, pero para la economía hogareña representan un impulso diario que les permite sobrevivir en un país con futuro incierto, si son estos los dirigentes que nos van a sacar de la crisis.
Hay pequeños detalles que muchos ciudadanos no conocen pero quienes viven en el litoral argentino tienen muy presente cada mañana. Las mujeres y hombres que venden «chipa», son una institución en si mismos y forman parte de las economías regionales como «monotributistas» y podemos asegurar que son miles quienes se dedican a esa tarea, los mismos que el día del paro no podrán comprar y vender el producto porque no habrá gente en las calles que temprano se dirijan hacia sus lugares de trabajo y por esa gente, la CGT o la CTA no creo se preocupen.
Algún día, Argentina, será una nación en la que la mayoría libre de pensamiento, tenga la oportunidad de decidir en sana convivencia el camino que posibilite de una vez por todas una apertura digna para liberarnos de estas dictaduras internas que destruyen la moral de la gente de bien.
Si los gremios no recibieran la cuota sindical, quizá se verían obligados a defender al trabajador porque los miembros del sindicato, ocuparían lugares de trabajo como sus representados, con la diferencia que ya no tendrían aviones, helicópteros, autos importados, mansiones y campos.
Después del paro todo continuará igual, aunque unos seguirán con carencias y otros no habrán perdido el día de trabajo porque ellos son sus patrones.
«El pan más sabroso y la comodidad más agradable, son los que se ganan con el propio sudor» – Cesare Cantù (1804-1895) Historiador italiano.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556