Por Sin Reservas
Diferimos de Ezequiel Molina, de que en el Estado hay una especie de «fucú», cuando lo que en casi todos los países lo que hay es una especie delincuencial por antonomasia y la República Dominicana no escapa a este flagelo o especie de peste.
Estos elementos que se han enganchados a políticos, muy pocos se hacen delincuentes en el Estado llegan siéndolo, y la gran mayoría de los que no lo son, sí son unos farsantes que usando artimañas non sanctas logran cautivar o engañar a muchos y les hacen el favor de votarlos. Y si lo logran, al arribar al poder demuestran quienes realmente son.
Tenemos en la República Dominicana una experiencia horrible muy reciente de lo delincuente que es Danilo Medina, que al Leonel Fernández, equivocarse y hacerlo Presidente de la República (Él deberá explicar el por qué, ya que con tantos años al lado de este descarado perverso debió conocer de sus adornos) sacó su careta y sus garras de malvado y lo último que se propuso fue imitar a algunas alimañas que pululan en la región y pretender arrebatar el poder para perpetuarse, siendo capaz de convertir el Congreso Nacional en una sede policíaco-militar.
Esto hizo que el propio Leonel, lo sacara del Palacio Nacional, provocando que hasta los Estados Unidos advirtiera a este bandido que no permitiría el asesinato de la Democracia en la República Dominicana (Pensamos que le recordó algunas de sus fechorías que lo hacían un Juan Orlando Hernández Alvarado, expresidente de Honduras, extraditado hacia los Estados Unidos en febrero pasado).
Pues ahora el evangélico Ezequiel Molina, se destapa con que en el Estado hay una especie de «fucú». No Ezequiel Molina, los fucúces son la mayoría de los que merodean en la política y no solo en la dirección del Poder Ejecutivo, en todos los ámbitos los tenemos. En el Poder Legislativo hay un paquete de delincuentes entre ellos unos que se quitaron la careta, como los tales Juan Dionicio Rodríguez Restituyo, José Horacio Rodríguez Grullón, (coincidencialmente se les podría llamar a ambos J. Rodríguez), entre otros.
Ezequiel Molina, usted hace esa alusión por el caso de Luis Abinader, pero nosotros creemos lo contrario. Luis Abinader es «más de lo mismo» con algunas diferencias.
El anterior Danilo Medina, es un delincuente que se enganchó a la política prácticamente siendo un indigente, y este, Abinader, viene de ser millonario, naturalmente por herencia, no porque hizo riquezas con el trabajo, pues hasta donde se dice y debería ser aclarado, Don Rafael Abinader, lo empujó hacia la política porque no daba señales de imitarlo empresarialmente y con el trabajo y Ramón Alburquerque, lo designó en un cargo político, iniciando de esa manera su paso por la política.
No fue a partir del 16 de agosto del año 2020 que Luis Abinader, inicia sus desmanes, ya en la Campaña Electoral comenzó a realizar pactos y alianzas con delincuentes y ha continuado haciéndolo. Ahora, principalmente con vándalos enganchados a periodistas y de Medio de comunicación.
Por ejemplo, en la oposición, Abinader, reune a periodistas y medios y les promete: «Cuando ganemos…» y lluvia de aplausos.
Y cáspita Danilo, jodió, jodió y jodió y Leonel, se propuso sacarlo y lo logró. El premió le cayó a la Ahuyama (Luis Abinader), pero sus palabras en la mencionada reunión con periodistas y medios resultaron falsas. Eso es asunto de «fucú» o de un farsante? que no le importa que, ni a quien jondiarle cualquier cosa para grangearse su apoyo y luego «si te he visto… no me acuerdo».
Diga usted si lo expuesto en los siguientes links, se enmarca dentro de «fucú» o de «delincuencia»:
Fechorías y abusos en comunicación: Las de Danilo eran malditas las de Abinader benditas?
*
*
Afirma Abinader traicionó PRM y son más fuertes lazos con Conep, AIRD e Hipólito; Vídeo
Les dejamos esos ejemplos de decenas de acciones que nada tienen que ver ni guardan relación con ningún fucú. Al contrario, lo que tiene el Estado es mala suerte que no llegan un Joaquín Balaguer o un Antonio Guzmán Fernández.
*