Por Sin Reservas
Si fuesemos un país, como acaba de decir ayer el «busca reelección» Secretario General de la Organización de Estados Americanos, (OEA) Luis Almagro, y escudriñamos el accionar de este individuo, especialmente en el Ayuntamiento del Distrito Nacional, encontramos que en vez de estar alojado en Juan Dolio, estaría en la Cárcel La Victoria, pero no, siempre encontramos en cualquier enganchado a político un cómplice.
Es el caso de David Collado, que dejó a Roberto Salcedo, sueltito y coleando, aplicando el «Borrón y cuenta nueva» (lo que no agradece en su carta de renuncia) a pesar de haber declarado que:
«El Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) está quebrado, heredé de Roberto Salcedo, una deuda de Dos Mil Millones de Pesos (RD$2,000)».
Entonces tiene calidad este señor para hablar de principios, solo enumeremos una acción en su último intento de quedarse (haciendo nada) en el ayuntamiento, como lo fue:
«El buscar aprovecharse de la situación y condición de la señora Francina Hungría, tmándole en su buena fe y llevándola como acompañante de su voleta».
Con esta decisión buscó cambiar un poca el desprecio que se agenció y al ver que los municipes se jartaron de sus insolencias, prepotencia, altanería y de que no viviera en la ciudad, ni se moviera dentro del caos en el tránsito que nos dejó, porque desde el ADN se trasladaba a su residencia en Juan Dolio, en helicóptero.
Esto último, ocurrió porque no se aplican las leyes, ya que no podía seguir optando en el 2016, por no ser residente en la capital desde hace muchícimos años.