Por Juan Tomás Valenzuela
Después de hacer un pipián
con la imagen del león,
ahora piden reflexión,
pues los votos no les dan.
Después que lo zarandeán
y faltaron el respeto
con el sucio mamotreto
de primarias amañadas,
regresan como si nada
a pedirle que sea escueto.
Después que lo difamaron
y marcaron sus destino
con el cobro de Quirino
y otros más que le imputaron,
ayer tarde lo llamaron,
me dicen que a reflexión.
Que no ven una razón
para que el doble de Diego,
coja las de Villadiego
a una nueva dirección.
Después de habérlo ultrajado
enfrentándolo a un delfín,
este ungido sayayin,
mañoso y desvergonzado,
convoca a un líder cansado
de recibir estocadas,
a que venga a la explanada
donde se condenó a muerte,
otra vez a probar suerte
ya con su ambición frustrada.
Después de haberlo engañado
con un fraude colosal,
le piden no reaccionar
ni exteriorizar su enfado.
Que se arrodille al Estado
que con trampas lo venció,
que venga, que suelte tó,
pues si se va a otra parcela,
le van a dar otra pela
como la que se le dió.
Los que lo minimizaban
en esta férrea campaña,
ahora, de manera extraña
le confiesan que lo amaban,
que tan solo obstemperaban
a un mandato del ungido,
que quiere verlo morido
y apartado de la escena,
más, como le tienen pena,
no quieren que deje el nido.
Juan de los Palotes
15 octubre 2019