Por Juan Tomás Valenzuela
No es por defender a Yayo,
más me parece una farsa,
que un fanático del Barza
pueda ser tan pariguayo.
Yo no creo, ni de soslayo
que dentro de una maleta,
puedan traer, en pesetas,
o en nuestros pesos cebollas,
esa cantidad de joyas
que dice este anacoreta.
A menos que el afectado
tenga aquí una joyería,
no creo que por esa vía,
alguien sea tán descuidado,
de introducir al Estado
una maleta repleta,
de guillos, de cadenetas,
de relojes, de blim-blim,
aretes de Luis Botín
y un cuadro de “La Toleta”.
Que se ponga una canana
y me haga una de vaqueros,
pues dudo que este rastrero
que llegó por Punta Cana,
venga, dizque a Villa Juana
con singular cargamento,
pues ni el amo de los vientos,
ni la princesa mugrosa,
traían semejantes cosas
debajo de sus asientos.
A Yayo, le recomiendo
que investiguen eso bien,
pues no creo que llegue a cien
lo que aquí se está perdiendo.
Para mi qué están mintiendo,
y si acaso no es así,
alguien que me explique a mí,
que negocio baratijas,
¿desde cuando en las valijas
se meten vainas así?
Pero si se se piensa bien,
¿Cuánto es que vale un Movado,
o un reloj de los tumbados
que usaba Ignacio Ditrén?
¿Cuánto se cotiza en Yens
los sombreros de Margó?
¿Cuánto vale, digo yo..
la crema para hemorroides,
que usa el espermatozoide
que tres veces me engaño?.
Juan de los Palotes
15 septiembre 2022