Por Juan Tomás Valenzuela
En el Día de La Altagracia
celebrado en Nueballol,
le mandaron una flor
al rey de la democracia.
Con ingenio y perspicacia,
Mónica, Frank, Dayanara,
Radhamés, Farley Arriaga,
Elida y Wilma Tamayo,
se plantaron como un callo
ante la cardena piara.
La esposa del presidente
que fue en su nombre a la misa,
salió del sitio con prisa
cuando llegó tó esta gente.
La dama, pelando el diente,
pero cogía de vergüenza,
no quiso hablar con la prensa
ni con sus conciudadanos,
ni siquiera con su hermano,
que fue a hacerle reverencia.
Cuando llegó Dayanara
con tó estas agitadoras,
Candita dijo: ¿y ahora,
en donde meto la cara?
«Si hubiera alguien que hablara
con este grupo de locas,
alguien que le ponga coca,
como al tal Guanchy Compres,
pa’ quitarme de una vez
este mal que me sofoca».
La gente de la avanzada
que llegaron de primero,
armaron un reperpero
cuando vieron la jugada.
Hasta impidiendo la entrada
a los que fueron a misa,
revisando las camisas
por si eran verde limón.
y hasta ofreciendo empujón
a fieles y diaconisas.
Candita, que fue de viaje
por todo un fin de semana,
se le quitaron las ganas
y hasta dejó el equipaje.
Desde que este tigueraje
le empezó a vocear linduras,
esa cara de amargura
no se le volvió a quitar,
y que no iba a regresar,
prometió al de las alturas.
Marcha Verde 2018