Por Félix Santana García
Es preocupante que todos los años los gastos públicos devengados y pagados durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) estén por encima de los ingresos percibidos, lo que dan como resultados déficits fiscales recurrentes los cuales son financiados con nuevos préstamos que al final se traducen en más impuestos que mayormente pagan la clase media y los pobres de la nación dominicana.
La preocupación viene por el hecho de que los desembolsos excesivos sobre los ingresos son erogaciones que no vienen a privilegiar el gasto social, aquel que favorece a los más necesitados, sino gastos que se esfuman o se escapan en los dedos de los funcionarios públicos en mucha publicidad, teléfonos, viáticos, gastos de representación, transferencias, pagos de nóminas parasitarias, entre otros.
Solo entre enero y febrero del año que discurre la cuenta publicidad general de la Presidencia de la República Dominicana asciende a RD$119.5 millones equivalentes a un 16% de los RD$746.0 millones presupuestados para el presente año.
Y a nivel de todas las instituciones del gobierno central los gastos por publicidad en general de los meses enero y febrero ascienden a RD$960.4 millones equivalentes a un 22.9% de unos RD$4,196 millones presupuestados para todo el año.
Conforme el Tercer Informe, Observación Electoral, elaborado por la Organización Civil Participación Ciudadana solo en febrero el Partido de la Liberación Dominicana gastó RD$369 millones en propaganda política en radio, televisión y prensa escrita, equivalente al 81.5% del total de los recursos invertidos por todos los partidos en ese mes.
El indicado informe resalta la enorme ventaja que tiene el PLD gastado en publicidad que sumado a los gastos en publicidad y propaganda ejecutados por la Presidencia de la República entre enero y febrero esta suma asciende a RD$1,113 millones.
Sigue diciendo el informe que de dicha suma el Poder Ejecutivo ejecutó gastos de publicidad por RD$841 millones para un gasto diario de RD$841 millones los cuales se destinaron a resaltar la obra del gobierno del presidente Danilo Medina, lo que implica el uso de recursos públicos para promover la reelección del señor presidente.
Asimismo señala dicho informe que la publicidad del gobierno aumentó en más de un 100% en los meses enero y febrero en relación a igual período del año pasado 2015.
Los Ministerios de Educación, Administración Publica respectivamente registraron gastos de publicidad y propaganda en los meses de enero y febrero del presente año de forma exorbitante con un 258% y 238% de incremento.
Educación gastó RD$2,7 millones diarios.
Administración Pública elevó sus gastos publicitarios en RD$24,000 y RD$86,000 cada día.
Otros Ministerios que registraron fuertes sumas en gastos de publicidad son Salud Pública con RD$92,000 diarios, Ministerio de Agricultura RD$14,000, Relaciones Exteriores RD$31,000 y Cultura RD$12,000.
Según cifras preliminares a febrero 2016 la ejecución presupuestaria de los meses enero y febrero refleja un déficit fiscal del orden de RD$14,000 millones que de seguir ese ritmo de gastos el presupuesto registraría un déficit de forma lineal de unos RD$84,000 millones o el 2.6% PIB.
Déficit que induciría al Gobierno a aplicar una reforma tributaria que aumentaría los impuestos o en cambio buscaría endeudarse por una suma a la ya adeudada ascendente a unos US$38,000 millones o el equivalente a más de un 50% del PIB.
A la hemorragia financiera hay que colocarle un torniquete lo más rápido posible pués el Presidente de la República y candidato del PLD se muestra desesperado por exhibir un porcentaje de aceptación de más del 55% cuando las encuestas de trabajo le dan menos de un 50%.
Muestra de su desesperación y nerviosismo es el hecho de que él no solo hace campaña los fines de semanas sino que día por día se lanza a las calles a buscar simpatía del electorado.
Otra muestra de esa inquietud es que no deja un día sin que se le publique una encuesta donde se muestra una popularidad ficticia, en el umbral del 60%.
Lo triste de todo ello es que es una candidatura a base de dinero puro, recursos recaudados a través de impuestos que disminuye la capacidad de compra del dominicano más humilde y a lo cual hay que ponerle un alto porque de lo contrario el país llegará a una situación de poca liquidez e insolvencia financiera.
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