Por Juan Tomás Valenzuela
Como dos viejas chismosas,
Franklin Almeyda y Pechito,
se lanzaron piropitos
y se ha calentáo la cosa.
Almeyda, de forma airosa
lo llamó especulador,
haciendo que este señor,
en un tono muy furioso,
le conteste, irrespetuoso,
bo’que burro y salteador.
Lo de salteador no es cierto,
lo digo pa’dar sazón,
pero la real situación
es que entre este par de muertos,
cualquier ofensa o entuerto
debe ser dilucidada,
esperándose en la entrada
pa’entrarse como dos perros,
jalándose un par de hierros,
o si no a un duelo de espadas.
Según cuenta la mái mía,
el lío de este par de fichas,
lo motiva la desdicha
del prócer, líder y guía.
Después de la bonhomía
que tanto exhibió Leonel,
hoy todos se mofan de él,
ya que en manos de Danilo,
el líder perdió su estilo
y anda como Morrobel.
Reinaldo, le dijo a Almeyda
que eso de especulador,
será su progenitor,
su abuela o su tía Minerva.
Que venga pa’que resuelva,
si es hombre de pelo en pecho.
Que si él habla con despecho
porque al León le dieron banda,
que se coja la demanda
si se siente insatisfecho.
Almeyda, que no es muy guapo,
pero si es abusador,
le contestó al senador
como contestaba el Chapo.
Si le dijo gusarapo,
no tengo como probarlo,
lo que si hizo fue insultarlo
de una manera soez,
aunque esto le da pardiez
al bandido de Reinaldo.
La vaina de las primarias,
aunque ya se decidió,
no se crean que terminó
por normas estatutarias,
ahora empiezan las plegarias
de tó el que esté insatisfecho.
Al que le asista el derecho
natural del pataleo,
si le vienen con maréo,
va a andar el herido al pecho.
Juan de los Palotes
3 noviembre 2018