Por Juan Tomás Valenzuela
La Laguna Rincón
se secó en la misma forma
que el dispendio, las reformas
y el señor Ángel Rondón,
junto al mudo cachetón
y la vice de los dientes,
secaron impunemente
las reservas del erario,
que ni el lío de los Rosario
pudo servir de aliciente.
Lo que fue un mar caudaloso,
ahora sólo es un charquito
más penoso y más chiquito
que el bimbín de ese azaroso,
que le dió a Martínez Pozo
y a su enanito escudero,
una pila de dinero
para que en forma propensa,
hablen mierda por la prensa
de un estado lisonjero.
Se secó el lago Rincón
y su cuenca proverbial,
como Peña Mirabal
dejó seca a Educación.
Ya no habrá navegación,
con este nuevo problema.
Se jodió el ecosistema
igual que la economía,
que el ungido y la otra arpía
se untaban como una crema.
Se agotó la economía
como se agota una fuente,
por culpa de un presidente
que advertí que no servía.
Fue tanta chapucería
la que hizo este rascavaca,
que quien se llevó la paca
en su corrupta gestión,
fuén Pechito, Ángel Rondón
y un penco hediondo a caca.
No sólo se secó el mar,
también se secó la banca,
mientras tanto, la potranca
que suspira por Chayanne,
ya se anda agenciando un plan
para cuando llegue Luis,
poder sacar del país,
junto al penco, sin ser vistos,
hasta los clavos de Cristo
y volar como perdíz.
Juan de los Palotes
25 julio 2020