Por Juan Tomás Valenzuela
La diferencia marcada
entre presente y pasado,
es que los recién llegados,
ya vienen con su tajada.
La condición está dada
para que Raquel y Luis,
puedan cortar de raíz
esa corrupción rampante,
de Pechito, de Amarante
y esa dientúa meretriz.
Aunque sonó algo vulgar,
Sergio, tenía la razón
cuando definió ladrón
a todo el que vive mal.
Lo que no hizo este fatal,
soltando esas expresiones,
es que donde más ladrones
había, era en su Partido,
porque llegaron ruyidos
y ahora les sobran millones.
La princesa Margarita,
cuando vivía en el Quisqueya,
era una simple plebeya,
flaca, larga y nalgoncita.
Aunque nunca fue bonita,
lo cierto es que tenía gracia,
pero vivía la desgracia
que no vivió Raquel Peña,
quien nunca cocinó en leña,
ni ejerció la putocracia.
Darle a un gato a cuidar carne,
según el negro de Villa,
es como darle la silla
de alfileres a un gendarme.
No es que yo quiera búrlame
de los más desposeídos,
pero si a más de jodidos,
también son del PLD,
solo imagínese usted
si no estaremos moridos.
Con Luis y Doña Raquel,
al menos, hay la ventaja,
que no se arriesga la faja
como con Margó y Leonel.
No es lo mismo poseer
dinero por tradición,
que meterse en corrupción
para así amasar fortuna,
como Sem, Zorrilla Ozuna,
Cristina y Ángel Rondón.
Juan de los Palotes
17 septiembre 2020