Por Juan Tomás Valenzuela
Mientras tanto, en Nueva York,
al canciller Miguel Vargas
le echaron toda la carga
por bandido y malhechor.
Le voceaban: impostor,
corrupto de pacotilla,
agavillado de orilla,
perfido, ruin y cobarde,
gusarapo, abayarde
y pedilón de colillas.
Lo trataron de Bandido,
yo creo que más de tres veces
y otros vocablos soeces
tal vez, más que merecidos.
Y mientras tanto, el ungido,
que mandó a Miguel alante,
aprovechaba el desplante
que le hacían al canciller,
para así, zafarse de él
y mantenerse distante.
La palabra “Pervertido”
con Miguel nunca se usó,
porque esa es de Pablo Ross,
otro socio de ungido.
Este moreno engreído,
tán malo como Miguel,
que hasta llegose a creer
más allá del bien y el mal,
también lo van a estuprar
como ayer, al canciller.
Otros que están en la lista
para ser vilipendiados
son, el negro afrancesado,
y el enano evangelista.
La condición de arribista
de estos dos pelafustanes,
hace ver tó sus desmanes
contra este pueblo de Dios,
tán mal como a Pablo Ross
y a sus socios charlatanes.
El entorno danilista
está de capa caída,
pues la conducta engreída
de todo estos palangristas,
hacen que su muy altruista
misión de disociadores,
no le genere favores
al proyecto de Medina,
quien va para la letrina,
como sus predecesores.
Juan de los Palotes
26 septiembre 2018