Por Juan Tomás Valenzuela
La entrega de Nuria Piera
sobre el caso de Rogelio,
ha encuerado al ministerio
y a toda la Iglesia entera.
La acuciosa reportera
escavó en lo más profundo
y ha encontrado un inframundo
en los cimientos cristianos,
que ningún culto pagano
lo supera en vagabundo.
No sé si hubo o no deslíz
en acusar a Rogelio
de formar un ministerio
con alguna pecatríz,
incubando en su matríz
la semilla de su prole,
haciendo que se enarbole
contra él una campaña,
que en realidad a quien daña
es solo a quien la enfistóle.
“La verdad os hará libres”
dice JUAN 8:31
y en la Iglesia no hay ninguno
que sea de mayor calibre.
No hay nadie que se equilibre
al trabajo de este cura.
No existe un alma tan pura
en la iglesia salesiana,
que ame a Cristo con las ganas
con que lo ama este cura.
Es fácil servirle a Dios
con los bolsillos repletos,
lo duro es meterse al gueto
a llevar el pan de Dios.
Cargar a un niño con tos,
pasar la mano al leproso,
darle un beso cariñoso
al infeliz que ha pecado
y no aferrarse a un estado
que es corrupto y mentiroso.
El padre Rogelio Cruz
fue acusado de promiscuo
por un grupo de proficuos
que se ocultan a la luz,
que no respetan la cruz
ni la fé de sus hermanos,
que han sido los más profanos
de la enseñanza de Dios
y andan por el mundo en pos
de intereses no cristianos.
25 marzo 2018