Por: Sergio Solis Taveras
Amemos y cuidemos el medio ambiente y los recursos naturales sin la protección debida de los mismos no podemos hablar de salud ni de calidad de vida.
Nuestros ríos nos proporcionan el elemento esencial para la vida: el agua. Sin ella es imposible el buen desenvolvimiento de esa importante arquitectura divina compuesta por músculos, huesos, arterias, venas, nervios, calor y electricidad.
Aproximadamente un 80 a 85 por ciento del peso corporal total es agua, y todos los procesos internos de cambio y transformación necesitan de este preciado líquido.
Las neuronas con sus dendritas y axones utilizan el movimiento impulsado por umbrales eléctricos y aquí el agua es un gran viavilizador.
O sea nuestro sistema nervioso central tiene que ver con agua y con estímulos internos y externos, un medio ambiente debidamente saludable dará mucha fortaleza a nuestra salud mental y esto repercutirá en la salud física.
Nuestros ríos hidratan la tierra, y está produce los alimentos más saludables que servirán de guardianes celosos, verdaderos protectores de nuestro cuerpo humano, y más decir alimentan nuestros árboles para refrescar el aire, sin el nuestros pulmones y sangre se debilitan.
Fíjense que importante son nuestros ríos para garantizar una buena salud a nuestros habitantes al ceder ese recurso tan valioso como es el agua.
Cuidar el medio ambiente es cuidar nuestra salud, es protegernos de los embates inmisericorde y crueles de una enfermedad.
Amemos y defendamos con uñas y dientes el medio ambiente y los recursos naturales.
La contaminación ambiental destruye nuestra salud, disminuyendo la capacidad energética de nuestro sistema de defensa orgánica.
El autor es: Médico, Experto en Dirección Hospitalaria e Investigación Médica Sociosanitaria
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