Por Juan Tomás Valenzuela
Lo de asignarle un propósito
a cada año lectivo,
como hacían el jiedevivo
y el corrupto fantasmoso,
Luis lo piensa echar al pozo
igual que a aquella costumbre,
de hacer por todo una Cumbre
y designar comisiones,
a las que van más lambones
que gente de ideas que alumbren.
Luis Rodolfo Abinader
decidió no declarar
un motivo principal,
como el ungido y Leonel,
sobre cuál acontecer
primaría en el 21.
Y aunque el pueblo tiene uno,
que es verlos a todos presos,
Luis piensa dejarle eso
a Doña Atila y los hunos.
Mediante un comunicado,
nuestro Consultor Jurídico,
hizo un recuento fatídico
sobre designios pasados.
El año de los cuñados,
el de Yomaira y Cristina,
el de Punta Catalina,
de Juancito y Berlinesa,
el del mudo lengua tiesa
y el del trasiego de harina.
El año de los corruptos,
el de Pechito y Crispín,
el del Dr. Chapatín
y el ungido del eructo.
El Año de usufructo,
el de la drogadicción.
El de Quirino, Rondón,
el de Magalis Medina,
el del director de Minas
y el del Penco Chaparrón.
En el pasado reciente
se enfrentó un gran desafío,
pues este ungido gandío,
quiso imponer Presidente.
Y como entre sus parientes
solamente habían ladrones,
se inventó las elecciones
más caras que hemos tenido,
y aunque perdió, ese bandido
se llevó tó los millones.
Juan de los Palotes
3 enero 2021