Por Juan Tomás Valenzuela
Me había enterado algo tarde
del plato de fricasé
que le dicen en la ADP
a la que no hizo resguarde.
Se fueron solo en alardes
por dos años en el gremio,
y recibieron de premio
lo mismo que habían sembrado,
desavenencias y enfado
y un retiro con apremio.
Puede que la cercanía
con el principal poder
los hayan hecho perder
el control de la abadía.
El exceso de armonía
tampoco es buen consejero,
pues conduce a un derrotero
que no necesariamente,
suele ser tan complaciente
pa’l circo como al cirquero.
Esa popularidad
que disfruta el presidente
no es, ni medianamente
la de su conspicuidad.
El aprecio y la lealtad
no se heredan porque si.
La gracia que tiene Luis
no es la misma de su entorno.
Esto explicaría el bochorno,
la burla y el frenesí.
Juan de los Palotes
14 octubre 2021