Por Guillermo Martínez Urtarte
El huracán María acaba de pasar cerca de la costa noreste del país dejando grandes lluvias, vientos muy fuertes, y entrada del mar en alguna provincias y pueblos, lo cual junto al desbordamiento de ríos y cañadas ha inundado calles, hogares y carreteras, llevándose de paso algunos puentes.
La agropecuaria ha sufrido grandes daños los cuales serán cuantificados en los próximos días, creando desabastecimiento a los consumidores y pérdidas importantes a los productores del campo.
Una vez más podemos comprobar que más que los fenómenos atmosféricos que nos golpean cada año el verdadero problema lo constituye la marginalidad y las inequidades sociales y económicas que afectan a la mayor parte de la población.
Los organismos de socorro oficiales se han esforzado tratando de salvar vidas y llevando a muchas familias hacia refugios Seguros los cuales fueron abastecidos y atendidos razonablemente.
Es urgente e impostergable comenzar con un verdadero programa de nación que termine con esa informalidad, indigencia y miseria, la cuál es la verdadera culpable de los daños que presentan los huracanes, para ello se requiere de verdaderas autoridades capaces y honesta que reemplacen a estos polítiqueros ineptos y corruptos que nos desgobiernan, los cuales son los responsables de esta terrible crisis socio económica, moral, e institucional que nos afecta.