Por Juan Tomás Valenzuela
Vencido el plazo acordado,
el presidente de turno,
con el rostro taciturno
que nos tiene acostumbrado,
dice que sobre el ansiado
tema de la reelección,
él no ha hablado con Rondón
ni con João, en Brasil,
pero se va a referir
desde que tenga ocasión.
Ante el sinuoso dilema
de que si éste va o no vá,
todavía falta amarrá
una buena estratagema.
Pero resuelto el problema
de la prevaricación,
se optará por reelección
o buscar a un sustituto,
que agarre por el fotuto
al impaciente león.
Lo que dan por descontado
columnistas y cienciologos,
es que este hombre y su homólogo
puedan ir del mismo lado.
El ungido se ha empeñado
en difamar a Leonel
y que pueda renacer
el amor entre ellos dos,
ni el son de María la O
lo podría recomponer.
“Las heridas son profundas”
dice el ministro Peralta,
y es que la gente está jarta
de verlos dándose funda.
la degradación inmunda
en que ha caído el partido,
por la angurria de este ungido
y su afán de reelección,
le cierra el paso al león
y a cualquier otro bandido.
Danilo, viendo trancado
el juego, pa’reelegirse,
ahora busca escabullirse
de ser reo de peculado.
Suponiéndose apresado
por bandido o por ladrón,
él busca la reelección
como una puerta de acceso
a que no lo metan preso
por dolo y por corrupción.
Juan de los Palotes
29 Mayo 2019