Por Juan Tomás Valenzuela
Esta crisis sanitaria,
en la casa de Leonel,
por la falta de mujer
ya se tornó alimentaria.
Hoy es más que necesaria
la presencia de una dama,
que lo acompañe en la cama,
que le diga “Puchunguito”,
que le dé huevo con frito
y un trago de mamajuana.
Le hace falta una princesa
a este príncipe encantado,
que aunque no está en el Estado
aún se siente en la realeza.
No hay quien le sirva la mesa
al líder villajuanero;
no por falta de dinero,
sino por falta de amor,
ya que este perdió su honor
con el Penco manigüero.
Después que esta cuarentena
lo tomó desprevenido,
el líder no ha conseguido
quien le haga un tazón de avena,
un moro con berenjena,
un locrio de pica-píca,
un filete con paprika
o un mangú con salchichón,
salami con molondrón
o un café con galletica.
El otrora Dios Viviente
que llamaban Erudito,
si no encuentra un chancesito,
se volverá un indigente.
No ha vuelto a pegarle el diente
desde el día que entró en campaña,
a un pedazo de lasagña
de la que hacia Margarita,
desde el día que está maidíta
se fue a joder con campaña.
Si nadie viene en auxilio
del prócer, líder y guía,
esta falta de comía
lo va a llevar al exilio.
Aunque es cierto que el idilo
que vivió con Margarita,
no tiene la cosquillita
que tuvo cuando él mandaba,
no es correcto que esta pava,
no le haga una comidita.
Juan de los Palotes
30 marzo 2020