Por Juan Tomás Valenzuela
Ayer el jefe de Estado
en su discurso central,
haciendo lo que está mal,
dejó a Leonel, embarcado.
Lo tildó de rejugado,
de traidor y malandrín,
de provocarle un motín
pa’l año 99,
por eso en el 19
le pone un penco delfín.
En su triste alocución
sobrecargada de odio,
Danilo solo fue al podio
a acusar de corrupción
a un “despreciable” León
que ha sido el que lo ha hecho gente,
la vez que evidentemente
todo estaba contra él,
y ahora, para joder,
lo enfrenta a un penco exponente.
Un Danilo enardecido
y obviamente desquiciado,
que se ha cogido el Estado
cual si lo hubiera parido,
mostraba disminuido
a su líder y mentor.
Desconociendo el valor
del que lo hizo presidente,
poniéndole frente a frente
a este penco contendor.
“A mi no me han dado nada,
todo lo que tengo es mío”
Expresaba este ruyío
que llegó al gobierno en Lada.
La Jeepeta exonerada
que recibió de Rondón,
cuando no tenía un vellón
ni para caerse muerto,
la olvidó en este concierto
y trae a un penco bufón.
Este ungido malandrín,
mañoso y desmemoriado
olvida que fue al Estado
de manos del paladín.
Pero al igual que Caín,
también traiciona a su hermano,
amarrándole las manos
para troncharle otro triunfo,
trayéndole de rebunfo
a este penco maca…
Juan de los Palotes
22 octubre 2019