Por Juan Tomás Valenzuela
Hoy, un tribunal galés
le otorgó permiso a un gallo
pa’que en el pueblo francés
cante Son hasta el desmayo.
Pero aquí, ni de soslayo,
quieren que el Abusador,
que es mucho mejor cantor
que Sobeyda y que Quirino,
entone un canto divino
y embrome al Procurador.
El gallo fue a la justicia
para exigir sus derechos
porque un vecino al asecho
lo observaba con malicia.
Sin embargo aquí, ni Alicia,
ni Nuria Piera, ni Edith,
aún teniendo por el fuí
al cuñao de Berlinesa,
han lográo que el lengua tiesa
cante el “Pajaro Chogüí”.
En Francia, un gallo pelón
cantando la Marsellesa
y aquí el pai de Berlinesa
privando en torontontón.
Viene a mi mente Rondón
y el sinverguenza de Temo,
que llegaron al extremo
de decir frente a la audiencia,
que si les daban sentencia,
se iban pa’l Show de San Remo.
Que cante un gallo en Europa
se ve de lo más normal,
sin embargo en este lar
que se vive a quemarropa,
quien quiera soltar la sopa
va a tener que hilar muy fino.
Desde que cantó Quirino
por instrucción de Medina,
hasta cantar Mangulina
podría joderte el camino.
El que cante en estos tiempos
como el gallo parisino,
no va a valer ni un pepino
si se encuentra un contratiempo.
Si cantas por pasatiempo,
busca muy bien que cantar,
porque si el que va a escuchar
va a ser el Procurador,
te aconsejaría mejor
ir aprendiendo a nadar.
Juan de los Palotes
5 septiembre 2019