Por Juan Tomás Valenzuela
Se dice que cuatro años
nunca serán suficientes
para que un buen presidente
pueda redimir el daño,
que la corrupción de antaño
haya impuesto en el país.
Por eso, apoyar a Luis
se hace una necesidad,
muy pese a la terquedad
que implica su entorno gris.
Aunque Luisito acumula
más que suficientes méritos,
a su lado hay un pretérito
que su propósito anula.
La carga que como mula
Luis, soporta en su cocote,
podría armar un despelote
si no la suelta en agosto,
impulsa un cambio de rostros
y suelta esos agüizotes.
Luis, debiera sacudirse
mucho antes del veinticuatro,
si mas allá de un teatro
pretendiere reelegirse.
Los que lograron subirse
con él, en el dos mil veinte,
y hoy no le pelan el diente
a la gente de las bases,
podrían hacer que no pase,
inmisericordemente.
Luis, merece cuatro años
por simple necesidad,
pero sin la terquedad
de esa partida de huraños.
Ese entorno le hace daño,
mi querido presidente,
desprendase de esa gente
que no aporta porvenir,
porque lo van a fuñir…
téngaselo bien presente.
Juan de los Palotes
23 junio 2022