Por Juan Tomás Valenzuela
Quienes están por la goma
son los muchachos del PEPCA
que tiene al ñús, vuelto ÑECCA
con aroma o sin aroma.
Quien creyó que era una broma
lo de aquel allanamiento,
se ha quedado sin aliento
después que Wilson Camacho,
viró, junto a sus muchachos,
este organismo mugriento.
La mafia peledeísta
activó a sus abogados,
viéndose desesperados
con la medida “anarquista”.
Diciendo que los coristas
de Camacho y Berenice,
están mostrando matices
de persecución política,
por la forma trogloditica
en que avientan sus narices.
Don Julio Martínez Pozo,
un rufián de pacotilla,
por poco se trastabilla
defendiendo a estos culposos.
Este negro boquilloso
(y excúsenme la expresión)
no justificó razón
que a la Cámara de Cuentas,
se allane en forma violenta,
por dolo o por corrupción.
Salió Eduardo Jorge Prats
defendiendo lo mal hecho,
como socio de cohecho
de Miguel y Barrabás.
El mismo Temo Montás
se rasgó las vestiduras,
cuando vió con la bravura
qué Camacho y Berenice,
auscultaban los deslices
de todo estos cara dura.
El señor Álvarez Pérez,
ese viejo charlatán,
emplazó a Miriam Germán
y a su par de consiglieres,
a enumerar los deberes
a los que él habría faltado.
Que si lo creen vinculado
a las trampas de Danilo,
él se quedará tranquilo,
que eso no es crimen de Estado.
Juan de los Palotes
24 febrero 2021