Por Juan Tomás Valenzuela
El día 9 vence el plazo
y todavía los papeles
están en los anaqueles,
bajando por un cedazo.
Pero aquí nadie hace caso,
ni el señor procurador,
ni el fiscal de lo instructor,
ni la prensa colegiada,
que se muestra apandillada
con corrupto y corruptor.
En Brasil, en Panamá,
en Nicaragua y en Quito,
están amarráos toditos,
pero aquí no se hace ná.
Yo no sé que pasará
cuando al fin ya venza el plazo.
¿Le darán un gavetazo
al susodicho expediente?
¿Irán a meter más gente,
o solo a estos dos payasos?
De todos los encartados,
solo dos son sospechosos,
el uno es Martínez Pozo,
otro, un alcantarillado,
que se autodefine aliado
y vocero de Rondón,
con gran participación,
según su propio decir,
en aupar a este faquír
en toda negociación.
Si la cámara de cuentos
no entrega la auditoría,
más largo se le hace el día
a quien busca un escarmiento.
Y todos ellos contentos
con que este show se posponga,
o tal vez, que se disponga
hacer un nuevo experticio,
en el cual, el sacrificio,
no llegué ni a fruta bomba.
1 junio 2018