Por Juan Tomás Valenzuela
Siempre me había preguntado:
¿Pá que sirve el Parlacen?
Y ayer me lo respondién
este par de incriminados.
Haciendo un desaguisado
con la moral y el respeto,
la cachifa y el coqueto
que preñaba megadivas,
fueron a amarrar la chiva
mediante este mamotreto.
Ya fueron juramentádos,
la consorte de Chayanne
y ese ungido charlatán,
como nuevos diputados.
Temiendo ser imputados
como dos atracadores,
este par de malhechores
de la cáfira boschista,
ahora completan la lista
de “Nuevos Legisladores”.
Verdad qué hay que ser bandido
para meterse en las cosas
de la princesa mugrosa
y este despreciable ungido.
Si ellos creen que han “resolvido”,
ejecutando esta trama,
que entiendan que gloria y fama
no van a ser suficientes,
cuando llegue el expediente
que la población reclama.
Hace poco me dijén
que en la panza de un haitiano
no habitan tantos gusanos
como hay en el Parlacen.
La fama de comejen
de estos dos pelafustanes,
se ajusta bien a los planes
de este congreso latino,
porque él, claro, es un cretino
y ella una caza chayanes.
Juan de los Palotes
11 noviembre 2020