Por Juan Tomás Valenzuela
Mientras Luis, sigue subiendo
igual que la verdolaga,
Danilo, busca una draga
para sepultar al Penco,
el candidato mostrenco
que buscaron de delfín.
Y es que aún no le encuentran fin
a la forma estrepitosa,
en que se cae a la fosa
junto al bizco malandrín.
Ya José Ramón Peralta,
frente a su confesionario,
nos dió cuenta del calvario
que tanto los sobresalta.
Gonzalo, comete faltas
hasta con los pensamientos.
La condición de jumento
impregnada en su ADN,
es la que le contraviene
al tema del crecimiento.
Ese ñame barahonero
que no arranca ni a la fuerza,
tiene puesta la reversa
en todo este atolladero.
Creen que llegará tercero
en el derbi electoral,
pues la laguna abismal
que presenta su intelecto,
es un terrible defecto
que no pueden superar.
El pibe Villajuanero,
(como decía Carlos Menem)
aconsejó que lo drenen
con el buríl de un herrero,
pá que por ese agujero
le saquén toda la ñeca,
qué hay en la cabeza hueca
de este ignorante delfín,
y la llenen de aserrin
cuál sambá de karateca.
Gonzalo, que está bien solido,
pero en un tercer lugar,
aún no acaba de cuajar
con la inscripción de aquel bólido.
Este ñú, a más de estólido,
es trivial y desabrido,
y nada más el ungido
cree que este penco corrupto,
sea su salvoconducto
par no quedar morido.
Juan de los Palotes
27 noviembre 2019