Por Juan Tomás Valenzuela
Todo el mundo está pendiente
de la rendición de cuentas,
a ver que nos argumenta
el flamante presidente.
¿hablará del expediente
de Odebrecht o los Tucanos?
¿Hablará de Monte Llano
o la presa Pinalito?
¿De Argenis, de Quirinito,
o el lío del transporte urbano?
¿Cree usted que tocará el tema
de la mina de San Juan,
o del informe de Oxfam
sobre la pobreza extrema?
¿Dirá algo del dilema
de si habrá o no reelección?
¿Si ya tiene el tiburón
sazonado en su menú,
o si nos trae de pechú
otra modificación?
¿Vendrá otra vez con el cuento
del millón 200 mil
que exhiben un porvenir
con el falso crecimiento?
¿Tocará en algún momento
el tema de corrupción?
¿Hablará de educación
y el desayuno escolar?
¿Si hay algún plan de saldar
la deuda de esta gestión?
¿Creen que Danilo Medina
pueda mostrar interés
en resolver esta vez
el tema de gasolina?
¿Y de Punta Catalina,
nos dirá por cuanto va?
¿Y del subsidio del gas,
tendrá algo que decir,
o se va a contradecir,
como con la impunidad?
El pueblo está interesado
sobre si hablará el «ungido»
del lío que hay en el partido
con el león enjaulado.
Saber si se ha percatado
de que hay un disgusto interno,
que eso de creerse eterno
le haría más daño que bien,
porque hasta Matusalén
un día fue al descanso eterno.
26 febrero 2018