Por Juan Tomás Valenzuela
La Convención Ordinaria
del PRD de Miguel,
terminó con un tropel
de figuras legendarias,
enliadas en cavernarias
trifulcas electorales,
tirando piedra a raudales
y patadas voladoras,
bancos, sillas, mecedoras,
botellas con tó y huacales.
Se habla de varios heridos
en el marco del proceso,
y aunque no hay ninguno preso,
se dice que son de Guido.
Aunque ya este fue excluido
como miembro del Partido,
ahí se dá por entendido
que aunque él no esté ya presente,
allí está toda su gente,
solo esperando un descuido.
La asamblea de delegados
repleta de cualto y romo,
igual que fiesta de monos
terminó en desaguisado.
El coronel asignado
para cuidar el evento,
fue lanzado al pavimento
por gente que fue dispuesta
a deshacer esa fiesta,
aún sea lanzando excremento.
Miguel, que andaba borracho
como en otras ocasiones,
No le dieron dos trompones
porque el es muy vivaracho.
Pero al que dejaron gacho
de un trompo por las ojeras,
es al boquita de vieja
que todos llaman Fiquito,
que salió pegando gritos
buscando quien lo proteja.
Después que llegó la calma
tras muchas comediduras,
se habló de candidaturas
que no generen alarmas.
Y como Miguel, se ensalma
ante cualquier imprevisto,
ya este patán tenía listo
las cláusulas del contrato
pá llevar de candidato
al delfín del anticristo.
Juan de los Palotes
11 noviembre 2019