Por Juan Tomás Valenzuela
Por fin le echaron el guante
a la “doctora” Silverio,
que trás todo este misterio,
fue movimiento y allante.
Aunque su verbo es brillante
sobre temas cognitivos,
nunca se registró archivo
sobre su preparación,
lo que hace su situación
un ejercicio nocivo.
Auscultando las pesquisas
sobre la forma en que actuaba,
la “doctora” no pasaba
ni una de las pruebas Pisa.
Contestaba muy de prisa
las preguntas de la rubia,
utilizando una lluvia
de aquellas frases cohetes,
que el cornudo Peterete
usaba en su falsa Nubia.
Era obvia la maestría
conque la falsa doctora
dominaba fauna y flora
sobre la psicología.
Y aunque es cierto que sabia
sobre el tema requerido,
es falso que había cumplido
su pensum de educación,
y esto es sobrada razón
para ser intervenido.
Pero trás todo este embrollo,
hay un problema latente,
y es que fue la misma gente
que auparon su desarrollo,
las que clavaron el hoyo
en que la otra impostora,
usando una aplanadora
que se activa con dinero,
armó tó este reperpero
en el que se encuentra ahora.
Juan de los Palotes
22 junio 2023