Por Juan Tomás Valenzuela
Fue una vulgar cacería,
lo que ocurrió en Boca Chica,
donde el sábado, una chica,
horrible muerte tendría.
Un grupo de policías,
en un camión y una moto,
en medio del alboroto
fruto de una discusión,
dieron en persecución,
final a la flor de loto.
El cabo Disla Batista,
después de un simple incidente,
persiguió insistentemente
la jeepeta por la pista.
A parte del motorista,
también la seguía un camión,
sabe Dios, conqué intención,
pero era más que evidente,
que no era precisamente
para darle un empujón.
El uso de armas mortales
en manos de enajenados,
tiene al pueblo arrodillado
frente a tó estos animales.
Los instintos criminales
de la policía civil,
se deberían de abolir
con una seria reforma,
que fiscalíce las normas,
si esto no es mucho pedir.
No es cambiar la jefatura
lo que resuelve el problema.
Es cambiar todo el sistema
con una reforma pura.
Hay que meter en cintura
todos los cuerpos castrenses.
Y al primero que se piense
que puede actuar a su antojo,
que entienda qué hay muchos ojos
en observación forense.
Juan de los Palotes
4 octubre 2021