Por Juan Tomás Valenzuela
Con esto de la pelótica
(y lo digo en forma crítica)
me olvidé de la política
y su impronta antipatriótica.
De esta inmigración caótica,
De Odebrecht y los Tucanos,
me olvidé de mis hermanos
que gracias a estos fatales,
mueren en los hospitales.
por falta de un cirujano.
Me había olvidado de OISOE,
de los terrenos del CEA,
de la joven que chapea
al sangrú y a su estercole.
Hasta me olvidé del Rolex
del mandamás del Senado,
de los fondos desfalcados
a travéz del barrilito,
de Jean Alain y el grupito
de Rondón y sus aliados.
Me olvidé del abogado
que fue tirado en el pozo,
de ese profeta asaroso,
traído aquí por el estado.
Me apena haberme olvidado
de toda esta corrupción,
de Díaz Rúa, de Rondón,
de Temistocle y Joao,
de la venta de ajo en Mao
y la quema de carbón.
Aún no logro entender
como es que pude olvidarme,
de Picini, sus gendarmes
y la estafa de Embraer.
Del caso del coronel
que agarraron con perico,
de como se han hecho ricos
los del comité central,
sin que tengan que explicar
sobre su fideicomiso.
Me olvidé que el presidente
dijo que repostularse,
es lo mismo que tragarse
un tiburón pestilente.
Me olvidé de tanta gente
que creyó en esas palabra.
y de la forma macabra
en que sin echá un erupto,
se lo jartó, en modo abrupto,
sin decir ni una palabra.
30 enero 2018