Por Juan Tomás Valenzuela
El subdirector saliente
de la Atención a la Infancia,
reveló, con arrogancia,
que fueron la misma gente
que están con el presidente
los que metieron presión,
pá que la licitación
que lo sacó de carrera,
se ejecute tal cuál era,
por órdenes de Nerón.
Ni la comadre Agripina,
ni este guardia pretoriano,
obstentan poder humano
sobre el arcángel Medina.
Pregúntenle a la bocina
que ahora priva en catador,
si ellos dos tienen valor
para meterse a la ciega,
en esa maldita brega
de embromar a un suplidor.
El calvario que estos 7
van a pasar desde ahora,
con Altagracia, Huchi Lora
y el malvado de Zapete,
será como el empañete
de nuestra Puerta del Conde,
porque igual, lo que se esconde
detrás de esta acusación,
es peor que lo de Rondón
y el Dios, a quien le responde.
Los votos sacramentales
entre Agripina y el ñús,
están en modo “Mambrú”
por fallos estructurales.
Se han cerrado los canales
entre la bella y la bestia,
y ahora con la molestia
de este impasse con Cabrera,
quieren culpar a cualquiera
con absoluta inmodestias.
“Como Judas Iscariote,
cumpliendo una orden divina,
yo me llevé de Medina
y me embarré hasta el cogote.
Me usaron de zopilote
los perversos del anillo,
y me quieren dar cepillo
junto a la ilustre comadre,
para buscarle algún cuadre
a la cuenta de estos pillos”.
Juan de los Palotes
10 abril 2020