Por Narciso Isa Conde
Hay sistemas judiciales que premian las delaciones de delitos y los señalamientos de otros/as culpables, con rebaja de penas. Así está establecido en Brasil.
Pero a Mónica Moura, la esposa de Joao Santana, le resultó mil veces más rentable acogerse a la premiación soterrada de sus mentiras y silencios cuando recientemente, frente a autoridades judiciales brasileñas, negó que ODEBRECH y otras empresas brasileñas financiaron las campañas presidenciales y vice-presidenciales de Danilo Medina y de Margarita Cedeño, esposa del ex -presidente Leonel Fernández.
No importa que en esta oportunidad dijera lo contrario a lo dicho en la ocasión anterior. Ni tampoco que sus recientes declaraciones -anunciadas previamente por unos de los voceros del presidente Medina, José Ramón Peralta- entrara en abierta contradicción con las ya ofrecidas por el procesado jefe del Departamento de Operaciones Estructuradas (sobornos y dádivas) de ODEBRECH, Hilberto Silva, o con la del propio Joao.
Estos capos y sus parejas tienen una enorme cachaza para ejercer el descaro y para hacer negocio hasta con sus propias desgracias.
Mónica y Joao, de intermediarios de sobornos y financiamientos para “hacer” y asesorar presidentes, procurando a su vez contratos escandalosamente sobrevaluados a favor de ODEBRECH, han pasado a usar el poder de chantaje derivado de la delación premiada para convertirse en receptores privilegiados de jugosos sobornos posiblemente.
Tonto/a el que pueda pensar que las mentiras y los silencios de Mónica no se vendieron carísimos.
¿Cuánto fue el monto pagados por sus ex-socios del Palacio presidencial de la República Dominicana?
Es temprano para conocerse, pero estén seguros/as que la suma fue bien elevada y el tinglado a desplegar montado con premeditación y alevosía.
Esto se combinó con la homologación del acuerdo de Odebrech a nivel judicial y con el show mediático escenificado en la reunión del Comité Político del PLD, punto de convergencia de las facciones mafiosas que integran la corporación morada que tutela el sistema de corrupción e impunidad que impera en el país, las cuales han pactado para intentar salvar el régimen y a los capos criollos que lo dirigen.
• Pero una cosa piensa el burro…
Como el ladrón y el tramposo juzgan por su condición, Pared Pérez, Leonel, Margarita, Danilo y sus alcancías piensan que esta sociedad de las marchas verdes es capaz de aceptar pasivamente la “sentencia” de exculpación de la máxima figura del régimen teatralmente emitida por el Secretario General del partido, y de quedarse tranquila frente a los procesos manipulados por el Procurador General de la República y el propio Presidente de la República, en complicidad con tribunales vendidos, basados en testimonios y acuerdos evidentemente comprados a sus socios/as extranjeros/as aquí y allá.
Esto, por el contrario, podría reforzar y expandir la creciente convicción en amplios sectores de esta sociedad de que el fin de la impunidad es impensable mientras existan estas instituciones, este gobierno, este Estado, este sistema putrefacto; lo que obliga a pensar en cómo forzarlos a dimitir, de qué manera hacerlo y cómo y con cuáles mecanismos reemplazarlos.
Soy de los que pienso que hay dejarse ya de validar estas instituciones, de recurrir a ellas, de hacer propuestas disque para mejorarlas o reformarlas.
Hay que dejar de facilitarles ciertos “bajaderos” al gobierno actual y al presidente Medina, limitando los casos de una gran corrupción, que es múltiple, diversa, estructural, sistémica…; concentrándose excesivamente en ciertos aspectos del caso ODEBRECH y en ciertos funcionarios y auspiciando sanciones a culpables menores con motivos electoralistas.
Estamos frente a una dictadura institucionalizada, ilegítima e impregnada hasta el tuétano -y a todos los niveles- de corrupción; que a la vez estructuró un sistema de impunidad para proteger a sus facciones mafiosas y a los capos que las dirigen. Que no cede frente a reclamos justos, que está dispuesta a poner en práctica toda suerte de fechorías para perdurar lo más posible y proteger sus máximas figuras.
Y esto exige que el pueblo movilizado la acorrale y los acorrale, que siga con sus marchas en SFM, en Azua y en SPM. Que se disponga a realizar a seguida una enorme movilización nacional que parta de todas las regiones y provincias, en grandes columnas y caravanas, hacia la Capital también movilizada, procurando aplastar sus artimañas y debilitarlo mucho más de lo que está.
A este régimen y a estas instituciones, a las cúpulas de estos partidos podridos (PLD, PRD-PRM, PRSC y satélites) hay que decirles que no podrán gobernar el país, que es para fuera o para bajo que van, que ya su reinado mafioso se agotó, que hay que abrirle paso a una transición profundamente democrática y participativa, a un gobierno provisional que convoque una Constituyente Popular y Soberana para refundar las instituciones, el sistema y el proyecto de sociedad.
Esta crisis no es para simples iniciativas jurídicas, remiendos, recursos legales, comicios viciados. Ni para crear expectativas y/o legitimar investigaciones de la Procuraduría o de la Comisión de Agripino.
Menos aun para aceptar que nos entretengan con el fiasco de la ley de partidos o para convenir que el movimiento verde sea usado como trampolín para un 2020 con este régimen vigente, donde habrá de repetirse la misma historia que ha sido capaz de generar este sistema de partidos.
Todo eso es distracción, teatro, maniobras diversionistas de esos partidos, del congreso, de los grandes medios, del empresariado inescrupuloso.
Todo eso siempre ha sido manipulado y prostituido, y ahora lo será de nuevo. Los ladrones y saqueadores en el poder no van a hacer elecciones para ser reemplazados, ni procesos para ser ejemplarmente juzgado, ni normas para conjurar su festín de privilegios y corruptelas.
La MARCHA VERDE, en perspectiva, debe asumirse a sí mismo como un movimiento político y social diverso, no partidista; pero con vocación de crear contrapoder, de desmontar el poder constituido, de conformar un nuevo poder constituyente y de transformar el país; con disposición a unir fuerzas diferentes a las existentes en cuanto a Estado, partidos Gobierno y sistema político; con voluntad de ser alternativa a un sistema decadente, corrompido, sin credibilidad. Nada fácil, pero si posible y hay que atreverse, comenzando por debatir a fondo estos temas.
narsoisa@gmail.com