Por Juan Tomás Valenzuela
El capo de Abel Martínez
dijo en Nueballol ayer,
que a él no lo va a distraer,
ni Luis, ni sus saiyajines.
Ya él se puso los patines
del dolo y la desvergüenza;
y si aquí alguno se piensa
que voceándole ladrón
lo harán perder la razón,
no entienden su procedencia.
Cuando Abel, siendo una mierda,
se inscribió en el PLD,
lo hizo sabiendo qué
algún día le darían cuerda.
No se si alguno se acuerda
cuando este vendía zapatos,
y enamoráo de un tecato
de la ciudad de Santiago,
sobrevivía haciendo estragos
y pasando malos ratos.
Pero superó esa pena
cayéndole atrá a Juan Bó,
con el que se liberó
junto a otro grupo de hienas.
Él, Amarante, Marchena,
Alejandrina Germán,
Domínguez Brito, Pagán,
Gustavo Sánchez, Gonzalo,
el ungido come escualo,
Euclides y Tommy Galán.
No sólo se la buscán
como finos delincuentes,
sinó que muy hábilmente
influyeron en los otros,
y usándonos a nosotros
como carne de cañón,
hicién con la corrupción
una estampida de potros.
Hoy que el bochismo está en baja,
y pescando en río revuelto,
él pretende hacerse el muerto
y envuelto en una mortaja,
quiere hacer que la baraja
se reparta a su favor.
Y anda exigiendo el pudor
que en su vida había tenido,
ni cuando entró en el Partido,
ni ahora que es un malhechor.
Juan de los Palotes
31 agosto 2021