Por Juan Tomás Valenzuela
Desde este 6 de noviembre,
día de la constitución,
se servirá tiburón
hasta final de septiembre.
Ya no habrá pavo en diciembre,
ni tampoco habrá lechón,
no habrá pan con salchichón
pa’los más necesitados,
porque el “dueño” del Estado,
se servirá tiburón.
Nuestra Carta Sustantiva,
ya mil veces estuprada,
todos la usan de almohada
de una manera abusiva.
Como barco a la deriva
nos lleva la corrupción.
Desde que llegó Colón
hasta los tiempos presentes,
yo no sé de un presidente
que no coma tiburón.
Tal vez esta última rima
les suene a exageración,
tal vez no tenga razón,
y la esté poniendo en China,
pero, ¿ a quien no le dá grima
verse en una situación
en la que el propio Nerón,
que de un pique quemó Roma,
sea mejor que tó el que coma
aletas de tiburón?
Gobernantes y pañales
hay que cambiarlos seguido,
y por el mismo motivo,
pues dejan los mismos males,
Nos llenan de heces fecales
toda la Constitución,
solo porque algún bribón
le coge el gusto al carguito,
quiere cambiar lo ya escrito
pa’jartarse un tiburón.
Ya van 39 veces,
y por la misma razón
que nuestra constitución
cae en manos de estos calieses.
Del 2000 pa’ca, tres veces,
sin mayor contemplación.
todos han cambiado el guión
de acuerdo a sus conveniencias,
pues creen que’sto es una herencia,
o el tesoro de un galeón.
Juan de los Palotes
6 noviembre 2018
