Por Juan Tomás Valenzuela
Comentaba un diputado
de este club de delincuentes,
que Duarte, no es suficiente
para ser considerado
como principio de Estado
en un país de ladrones,
y sus aseveraciones
se valoran mayormente,
en que aquí hay un presidente
que es el rey de los hampones.
En vez de Juan Pablo Duarte
podría ser Pedro Santana,
Mariano Germán, su hermana,
o Leonel, «el abayarte”,
o quizás Antonio Marte,
o hasta el mismito Quirino,
sin descartar a Diandino,
Reinaldo o Chichí Bidó,
o porque no, digo yó,
este ungido celestino.
Yo les propongo una terna
para formar una triada,
con Alvarito, Cavada
y el gnomo de las cavernas,
ese boca de mancuerna
llamado Lidio Cadet,
o Margó la del caché,
o la inculta senadora,
o una de esas chapiadoras
que enseñando culo y teta,
van con estos proxenetas
disfrazadas de señoras.
Podrían usar fácilmente
como pái de la nación,
a Temo, Díaz Rúa, Rondón
o al socio del presidente
que operaba impunemente
desde el despacho de al lado,
dirigiendo el entramado
de repartos y sobornos,
sin que nadie de su entorno
se diera por enterado.
Son tantos los ejemplares
que podrían ser sustitutos
de Duarte y los dos canutos
que ostentan nuestro altares,
que aquí hay hasta militares
con méritos suficientes,
como aquellos dos tenientes
que huyeron despavoridos,
al ver que cayó morido
un coronel persistente.
Si no viene una revuelta,
al estilo Venezuela,
estos parias sin escuela
nos van a hacer una vuelta,
que podría dejar disuelta
esta mierda de nación.
Porque ya la corrupción
ha llegado hasta tal punto,
que los trinitarios juntos
no valen un pote e’ron.
Juan de los Palotes
27 enero 2019