Por Juan Tomás Valenzuela
Después que el FBI
puso precio a su cabeza,
el cuñáo de Berlinesa
salió huyendo por Haití.
Le formaron un güangüí
desde que anunciaron pago.
Pero al no estar en Santiago
cómo sostenía Marchena,
se fueron a Cartagena,
a echarle mano a este vago.
El señor César Peralta,
miembro de nuestra realeza,
era una importante pieza
en este juego de cartas.
Aunque él siempre estuvo a cuarta
del jefe de la colmena,
era claro que Marchena,
pá que no le hicieran bulto,
quería mantenerlo oculto
mientras esté en cuarentena.
Subió la temperatura,
César, nunca se enfrió
y Danilo, resolvió
romper esa coyuntura.
Su condición de figura
del entorno palaciego,
lo convertía en nacío ciego
en el cuello del ungido,
y este dió por resolvido
quitarse de ese labriego.
El asunto es que ahora mismo,
César el Abusador,
va camino a nueballol
y no en viaje de turismo.
La churria en el Danilismo
hoy se hace más que evidente,
por que si este delincuente
se atreve a soltar la jeta,
no valdrán ni una peseta,
la banda de presidente.
Juan de los Palotes
2 diciembre 2019