Por Juan Tomás Valenzuela
A Rafaela Albuquerque
le preocupa que un haitiano,
venga aquí, billete en mano,
compre un pedazo y lo cerque.
No teme a que se le acerque
ningún negro desvalido,
pero si es enriquecido
el que cruza la frontera,
se le mete una loquera
igual que la del ungido.
La flamante diputada
de San Pedro e’ Macorís,
lo que teme es que un pití
venga vestido de Prada,
y compre, como si nada,
una villa y un negocio,
y que se busque de socio
a Mandrake o a Lotario,
y que hagan tratos tributarios
ligados al capadocio.
El miedo de esta señora,
según trato de entender,
es que a Luis Abinader
venga a ocurrírsele ahora,
venderle la fauna y flora
a millonarios haitianos,
porque cree que estos bacanos
sin hacer mucho trajín,
podrían comprar chin a chin
todo el suelo quisqueyano.
Aunque no le veo sentido
a la exposición de Lila,
aquí está el ñame por pila
(congresistas incluidos)
creyendo que el desvalido
no es quien tá dando problemas.
Que el verdadero dilema
es que vengan millonarios,
nos cambien el huso horario
y se adueñen del sistema.
Juan de los Palotes
2 noviembre 2021