Por Juan Tomás Valenzuela
Encendieron un anafe
en el pueblo de Nizao,
y anda tó el mundo azoráo
con el humo de ese engafe.
Rogando que no se safe
el cañón de esa escopeta,
porque si esta motoneta
sigue ensuciando los cielos,
la cocina de Consuelo
se le va a tiznar de prieta.
Cuando subió la humareda
en los cielos de Gregorio,
salió a la calle el jolgorio
armando un toque de queda.
Yo no sé si esto se pueda,
según la ley ambiental,
pero si esto va a jumear
como jumeaba ayer tarde,
todo esfuerzo será en balde
a un desastre natural.
Lo grande es que el encendido
de este tollo tecnólogico,
no ha encontrado apoyo lógico
en la prensa del ungido.
La trulla de mal paridos
del espectro nacional,
no han querido destacar
ni en diarios ni en emisoras,
que la planta jumiadora
ya empezó a contaminar.
El mofle de una Onatrate
va a ser paja pa’la garza,
si no hacen que esta comparsa
resuelva este disparate.
Si con Jigüey-Aguacate
si dió un desastre ecológico,
yo entiendo que lo más lógico
es que Punta Catalina,
sea la furnia en que Medina
va a echar su ideal coprológico.
Solamente un desquiciado
o un corrupto patológico,
puede encontrarle lo lógico
a algo tán disparatado.
Hasta han quebrado el Estado
construyendo esta ignominia.
Y si se lee entre líneas,
se entiende inmediatamente,
que en mente del presidente
la honradez no es rectilínea.
Salir de Leonel Fernández
para instalar a este pillo,
que es más malo que Trujillo
y propenso a más desbandes,
ha sido el error más grande
que se pudo cometer.
Y si no se sale de él,
en el próximo proceso,
aquí va a quedá en el hueso
tó el que no pueda correr.
Juan de los Palotes
10 abril 2019