Por Juan Tomás Valenzuela
La Comisión de Justicia
aprobó de forma unánime
prohibirle a los pusilánimes
que de forma subrepticia,
son propenso a las caricias
y actos de morbosidad,
a operar con libertad
sus más oscuros deseos,
de inducir al aparéo
con los menores de edad.
Ayer se aprobó el proyecto
conque pretenden prohibir
el matrimonio infantil,
la violación y el incesto.
Ha sido largo el trayecto,
pero al fin hay resultados,
gracias a los diputados
que anteponen su moral,
ante el engendro de mal
de un matrimonio arreglado.
Se hacía más que necesario
que al fin las autoridades
empeñen sus calidades
de modo compromisario.
Ese culto milenario
a los placeres prohíbidos,
debe ser sustituido
por una actitud más pura,
que venga y meta en cintura
a todo estos pervertidos.
El pleito no está ganado,
tan solo es una batalla.
Esperamos que Luis, vaya
y apoye lo concertado.
La política de Estado
debe ser de protección,
no tan solo a la nación,
si no más a la niñez,
y que ponga a esta vejez
al tris de la castración.
Juan de los Palotes
12 noviembre 2020