Por Juan Tomás Valenzuela
Me han estado aconsejando
que no escriba de David,
de las denuncias de Luis
ni de lo que ha estado pasando.
Que lo que se está jugando
con el pasado incidente,
es un tema muy caliente
que más allá de un disparo,
implicaría el desamparo
que nos metió el presidente.
La cosa no es tán sencilla
como se creyó en principio,
en que un capo mama…
le tiró por las costillas
a un héroe porque lo “humilla”
cogiéndole la mujer.
Porque aún teniendo el poder
que le da la impunidad,
carece de la humildad
que tiene este brigadier.
Aunque en voces populares
ya se sabe todo el lío,
el gobierno no ha sabío
acomodar los altares.
Las versiones son dispares
entre Alain y Ney Aldrin,
y han llamado al Chapulín
pa’ que busque una salida,
pero él solo tiene vida
para aspirar a otro swing.
Esperamos 4 horas
para una rueda de prensa
y la espera fue tan tensa
como tensa la demora.
Pero resulta que ahora,
después de la larga espera,
sin lograr que conicidieran
Aldrin y el Procurador,
la exponencia fue un error
de dimensiones rastreras.
Uno decía que el sicario
era Fulano de Tal,
y el otro, que ese fatal
tan solo era un emisario.
Uno hablaba de un tal Marío,
que manejaba el motor,
mientra que al “Abusador”,
que es quien señala la gente,
no sale en el expediente,
de cómplice ni de autor.
En todo el tejemaneje
que se ha armado en este caso,
Aldrin y este barbarazo
se piensan que el maco es peje.
No importa cómo acotejen
el tiro a David Ortiz,
pues como bien dijo Luis
sobre justicia y desorden,
¿Quien coñazo dió la orden
pá’soltar a esta lombriz?.
Juan de los Palotes
13 jubiló 2019