Por Juan Tomás Valenzuela
Sintiendo un dolor profundo,
anuncio desde esta esquina,
que al prócer César Medina
se lo está llevando Cundo.
Este viejo vagabundo
que se apandilló al Estado,
Dios lo deja abandonado
a la entrada del infierno,
a ver si hay descanso eterno
pa’su estilo deslenguado.
César Medina va solo,
en misión de embajador,
porque en el cielo, el creador
dijo que, de ningún modo.
Quien siempre anduvo en el lodo
revolcando su moral,
va al infierno a negociar
con el mismo Lucifer,
un lugar para Miguel,
Cavada y Euri Cabral.
La goleta de Alvarito
en el lado más caliente,
tiene pintura reciente
pa’esperar a ese maldito.
Al que inventó el barrilito,
con su cabeza cuadrada,
lo está esperando en la entrada
el mismito Balaguer,
para entenderse con él
sobre Amable y su bancada.
El calvito deslenguado
que se fue al descanso eterno,
lleva un recado al infierno
del benefactor morado.
El texto codificado
de la misiva en cuestión,
les anuncia que Rondón,
Martínez Pozo y Lucía,
cuando lleguen, algún día,
propondrán la reelección.
Pero quien pide clemencia
es el mismo Satanas,
al ver el hambre voráz
que tiene esta dirigencia.
Si vienen con la insolencia
de adueñarse del infierno,
Satanas, hasta los cuernos
perdería de estos aviesos,
si quien dirige el proceso
es Roberto o un conculterno.
Juan de los Palotes
20 septiembre 2018