Por Juan Tomás Valenzuela
La excusa que dió Lucía
sobre su #Mochilagate,
ni los de Torre Caney
creo que la superarían.
La comidilla del día
es que en la redes sociales,
los comentarios son tales
sobre este mochilicidio,
que todos piden presidio
para ella y pa’sus iguales.
No valió el llanto profundo
de Yomaira en su curúl,
porque hasta el Dr. Fadúl
disparó un C… rotundo,
cuando el vídeo nauseabundo
de las dichosas mochilas,
salió primero en las filas
del trending Top en las redes,
de una forma que transgrede
la conducta más tranquila.
La versión de que esa vaina
la adquirió con su dinero,
ha armado más reperpero
que la culebra de Haina.
¿Porque no les dio polainas
a los pobres estudiantes?
¿O tennis, botas o guantes,
o el maletín de Rondón?
pa’que en rol Corrupción
siempre estén alante-alante…
Hay dos o tres mogigatos
que defendiendo a Lucía,
han hecho una algarabía
en torno a este desacato,
calificando de ingrato
al público en general
que no vino a celebrar
el reparto de mochilas,
como lo haría Vargas Vila
en su Colombia, natal.
La honestidad de esta dama
no soporta un experticio,
ya que se evidencia el vicio
que predominó en la trama.
Con más suerte que la auyama
por donde tiene la flor,
el reparto malhechor
de mochilas traqueteadas
va a pasar como si nada
por donde el procurador.
Por la cantidad de memes
qué hay en Twitter y yutú,
se ve que no es un cachú
lo que está caraja tiene.
Lo que a ella más le conviene
es que dejen eso así.
Se le va a armar un guanguí
si se sigue defendiendo.
Si lo hace, se va muriendo
como suicida saudí.
Juan de los Palotes
5 septiembre 2018