Por Juan Tomás Valenzuela
Fueron más de mil millones
de cuartos tuyos y míos
que Castaños, de gandío,
gastó en unas elecciones,
en las que los bravucones
de Danilo y de Gonzalo,
pretendían el acorralo
de la voluntad expresa,
de gente que no cree en esa
de que gane el PejePalo.
Aunque todos los cronistas,
(menos Alvarito Arvelo)
observaban con recelo
el show de estos chantajistas,
resulta y salta a la vista
que lo del voto electrónico,
no logró el nivel sincrónico
de toda la población,
por lo que no había razón
de que esto se haga hegemónico.
Tal vez por testaduréz
o por simple contubernio,
fue creado un lectisternio
entre el mandamás y el juez.
Se expresaban con fluidez
defendiendo su sistema,
enchufándole una enema
a la masa de votantes,
para tirarlos pá lante
con toda esta estratagema.
Pero no se les dió el plan,
ni a Castaños, ni al ungido,
ni a este Penco malparido,
ni a Temo, ese charlatán.
Estos equipos fallán
igual que los de Roberto,
y aún queriéndo hacerse el muerto,
este fraude electoral,
Castaños, lo va a pagar
después que Luis llegue a puerto.
Todas las instituciones
que velan la Democracia,
califican de desgracia
lo que han hecho estos hampones.
La Junta usó los millones
de una manera festina,
favoreciendo a Medina
y su afán de reelección,
quien se obró fuera‘el Cajón
de Julio César Letrina.
Ahora, este juez inconsulto
llama a nuevas elecciones,
sin tener las conclusiones
del liderazgo faculto.
Tal vez este es otro bulto
de este soberbio bandido,
que se apandilla al ungido
para orquestar otra trampa,
cómo es costumbre en el hampa
de un Estado corrompido.
Juan de los Palores
17 febrero 2020