Por Juan Tomás Valenzuela
Este senador rastrero
que viene arrastrando horrores,
atrastró a dos malhechores
a su mismo estercolero.
Con su estilo guarimbero
y arrastres de altanería,
no precisó brujería,
pues tan solo fue chantaje
pa’arrastrar dos personajes
a un cluster de rastrería.
Quien tan solo ha sido lastre
(por su condición de insecto)
dice que nunca fue electo
por el sistema de arrastre.
Tres periodos de desastres
en manos de este carajo,
y nunca se le vio tán bajo
el rol del legislador,
que cuando este malhechor
era quien hacía el trabajo.
Senadores del talante
de Don José Tomás Pérez
y de otras tantas mujeres
serias, finas y elegantes,
por la acción beligerante
de este cabeza de piedra,
ven que fácil se desmedra
por culpa de este cretino,
un paso, casi divino
por un congreso de piedra.
Solamente en un partido
formado por gavilleros,
puede un patán, tán rastrero,
tán pedante y engreído,
salir con lo que ha salido
este carajo a la vela,
que cree que al ser de la escuela
de Danilo y de Leonel,
también puede disponer
de los bienes de la abuela.
Aunque por estos momentos,
este ruín bobalicón
no aspira a la reelección
de un congreso macilento,
no descarten que en su intento
de optar por la presidencia,
amarre, por experiencia,
algún plan B en el Congreso,
por si no toca ni el hueso
en esa otra diligencia.
Juan de los Palotes
9 Mayo 2019