Por Juan Tomás Valenzuela
El periodismo indeseable
que profesa “la morena”,
tiene a Rodríguez Marchena
diametralmente inestable.
Este rufián despreciable,
chupamedias del ungido,
le hace oferta a los bandidos
dueños de medios radiales,
para echar de sus canales
al periodismo atrevido.
Cualquier locutor que ofrezca
honestidá en sus palabras,
con un simple abracadabra
hacen que desaparezca.
Y hay de aquel que no obedezca
los caprichos del imperio,
porque según el criterio
de este mudo petulante,
él es que está alante-alante
es todo este planisferio.
Cogién unos cuarto ajenos
para pagar en España
a un panfleto mala maña
que lo pintó como el bueno.
Salió el bocinero en pleno
apoyando este pasquín,
todos detrás del botín
destinado pa’la prensa,
poniendo a este sinvergüenza
“caco a caco” con Putín.
Cualquier hijo de vecino
que no ha leío ni paquito,
se le arrodilla al mudito
y es un protervo ladino.
Es preocupante el destino
de la prensa independiente,
pues con estos malvivientes
cronistas de pacotilla,
el comercio de cuartillas
es negocio floreciente.
El periodismo está en crisis
por culpa de estos bandidos
que andan detrás del ungido
tras un pacto “Cuota Litis”.
El mal de lameculitis
ha infectado al periodismo
con la fiebre de cinismo
propia de dicha infección,
hacen que la corrupción
se vista de patriotismo.
Si hay algo más peligroso
que un político ladrón,
es un cronista lambón
que le apañe su negocio.
La mayoría se hacen socios
de gente como Rondón,
poniendo la corrupción
como empresa prominente,
y al periodismo decente
lo tiran a zafacón.
Juan de los Palotes
4 diciembre 2018