Por Juan Tomás Valenzuela
Dicen que del Listín Diario
cancelaron 120
por la crisis existente
de carácter fiduciario.
Este terrible calvario
por el que llevan la prensa,
una casta, que es propensa
solo a escribir por encargo,
constituye un trago amargo
a esta nación indefensa.
130 años de lucha
idos al deshuesadero
por culpa de unos cuatreros
que hacen prensa con capucha.
Periodistas que se embuchan
las dádivas del gobierno,
han destinado al averno
un oficio tan prestante,
que ejercía el comunicante
sin hacerse subalterno.
Adiós credibilidad
de la prensa cotidiana,
que no vislumbra un mañana
apegada a la verdad.
El monstruo de liviandad
que la aprisiona al Estado,
convirtió en adinerados
a los que venden su pluma,
pero ha dejado en las brumas
a aquellos que son honrados.
El principal anúnciante
que se tiene es el Estado,
pero ellos se han abocado
de forma beligerante,
a mantenerse distantes
de la empresa de noticia,
y le pagan su inmundicia
por debajo al director,
un rufián que sin honor
le acomoda las primicias.
El periodismo decente
no tiene espacio en el dial,
por un gobierno fatal
que prostituye las fuentes.
Mientras no se le haga un frente
a todo estos palangristas,
la función de periodista
va a estar de capa caida,
por culpa de buscavidas
enganchados a arribistas.
Juan de los Palotes
16 enero 2019